Somos así, cuando nos atacan respondemos, cada uno según lo que atesora en su corazón y en su pensamiento. A veces un ente diminuto hace que tiemblen los más fuertes y en esa tesitura, unos responden sacando lo peor de si mismos y otros lo mejor.
Este virus malvado, ha tocado cuerdas que estaban olvidadas, para componer hermosas melodías. Jóvenes y menos jóvenes, de la O.N.G. ADRA en Ourense, este sábado y todos los sábados, se dedican a repartir frutas y verduras en los hogares de los más necesitados, aquellos que por si fuera poco el miedo a la enfermedad, se les ha sumado el miedo a la indigencia.
No nos engañemos, en una sociedad donde parecía que lo básico estaba garantizado (quizás porque no quisimos ver las carencias) esta crisis nos muestra, la debilidad de los mecanismos establecidos y la solidaridad emerge de las gentes más humildes y entregadas.
Voluntarios, para aminorar el impacto, para consolar, para animar, en las ventanas, en los hospitales desinfectando las calles, en sus casas, haciendo mascarillas, recitando poemas, cantando canciones, animando a los niños, ha brotado lo mejor de ese ser humano, gracias estas son las mejores noticias, las menos buenas ya las conocemos.
En palabras de uno de los voluntarios de ADRA OURENSE, Rafael Fernandez: «me gustaría aprovechar ésta tribuna para agradecer a todos los voluntarios y a las empresas que con todo su cariño, especialmente al grupo Eurobanan de Porriño, que están donando generosamente la comida para que llegue a las familias más vulnerables».