Roscas de Pascua, monas o huesitos de santo llenarían estos días los escaparates de las pastelerías ourensanas, fieles siempre a la tradición de endulzar estas fechas. La crisis sanitaria y económica consecuencia del Covid-19 ha trastocado esta costumbre, como ha hecho con tantas otras, pero hay una parte del colectivo pastelero que continúa al pie de cañón, amparado por el RD de 14 de marzo que permite al sector de alimentación permanecer abiertos como actividad esencial. En la Asociación Provincial de Confiteros y Pasteleros de Ourense se dividen al 50 por ciento entre los que han optado por cerrar hasta que esta situación pase, y los que siguen abiertos y, por supuesto, esta Semana Santa tienen dulces típicos además de otros productos habituales.
Con las medidas de seguridad establecidas de control de aforo y uso de guantes y mascarilla, las pastelerías que permanecen abiertas de la Asociación (6 en la ciudad y 3 fuera de ella), le añaden además la posibilidad de hacer los encargos por teléfono para acudir solamente al establecimiento el tiempo mínimo imprescindible para recoger el pedido, además de alguna que entrega a domicilio.
Los pasteleros que mantienen el cartel de abierto en sus cristales, en algunos casos han rebajado el horario de atención y el personal, pero quieren seguir dando este servicio ‘a pesar del panorama que se ve en la calle’, esperando que esta pesadilla ‘termine lo antes posible y al menos podamos vender algo en Semana Santa, una época tan fuerte en nuestro sector y que este año pinta bastante mal’, afirman desde una pastelería de la ciudad. Sin embargo, la intención de todos es ofrecer las mayores facilidades para que la clientela se acuerde del pequeño comercio que sigue abierto, y puedan encargar sus dulces y disfrutar de ellos igual que siempre. Ahora, en esta semana en que son típicas las monas, roscas y otras delicias, estas pastelerías quieren que se conozca su situación y que la gente endulce esta Semana Santa de cuarentena contando con ellos.
La paralización casi total por culpa del Covid19 ha propiciado ya la pérdida de las ventas del Día del Padre, una fecha que el comercio siempre reclama como día festivo para aprovechar el tirón de los regalos, pero que este año también se frustró en muchos establecimientos.