Un 5 de octubre de hace 20 años entró el primer cliente en el Centro Comercial Ponte Vella. Desde esa apertura al público, recibe cada año más de 4,5 millones de visitantes. El edificio comercial fue inaugurado oficialmente un día antes, el 4 de octubre, en una jornada festiva con el sonido de la Real Banda de Gaitas de la Diputación y fuegos pirotécnicos nocturnos como colofón de un gran paso en la modernización de la estructura comercial de la ciudad.
Se materializaba así un proyecto cuyas primeras reuniones -allá por 1994- tuvieron como escenario las instalaciones de la Cámara de Comercio, presidida entonces por Jorge Bermello, y como protagonistas a más de medio centenar de empresarios ourensanos. La apuesta empresarial se plasmó en un proyecto que se presentaría en 1997 y, tras dos años de trámite, sería aprobado en 1999, dando luz verde al inicio de las obras. El Centro fue inaugurado por el entonces conselleiro de Industria y Comercio, Juan Rodríguez Yuste, quien lo calificó como «símbolo del progreso del pequeño comercio».
Y es que detrás de este complejo comercial estaba el esfuerzo y la cooperación de un amplio grupo de comerciantes ourensanos que no dudaron en dar un paso al frente y apostar por la unión. Así, crearon la sociedad mercantil UCOSA (Unión de Comerciantes Ourensanos) para convertirla en un hito histórico de la economía colaborativa en la actividad minorista. Y aquí radicaba otra de las singularidades del nacimiento del Centro Comercial y es que, contrariamente a la tendencia general, los promotores eran mayoritariamente empresarios locales.
Surgía así el primer centro comercial urbano de la capital a la vez que el mayor proyecto constructivo de la ciudad durante mucho tiempo. Su singular pirámide se integraba así en el paisaje urbano de la ribera del Miño y marcaba una nueva etapa de cambio en la historia del comercio minorista local.
Actividades
Hasta el 16 de octubre, el Centro estrenará en la segunda planta una zona adaptada al uso de drones donde los visitantes dispondrán de un circuito para demostrar su destreza en el pilotaje de estos aparatos. La actividad será accesible todos los días, de domingo a viernes de 18 a 21 horas y los sábados de 17 a 21 horas.
También hasta el 16 permanecerá abierto al público un espacio de realidad virtual en el que los clientes podrán participar en una amplia variedad de juegos provistos de unas gafas de visión virtual y un mando. Así podrán disfrutar de las sensaciones que genera estar inmersos en un entorno de escenas u objetos simulados de apariencia real. Dos pantallas grandes completan este espacio de ocio y a través de ellas el público espectador podrá observar la actividad de los jugadores. Esta actividad se desarrollará los viernes y sábados, de 12 a 14 horas y de 17 a 21 horas.
Para los más pequeños, el Centro también ha programado fiestas y shows infantiles los sábados (días 9, 23 y 30 de octubre), de 17:30 a 20:30 horas, con una amplia variedad de actividades: clown, magia, globoflexia, conciertos para niños y animación con mascotas, música, bailes, pasacalles, fotomatón,…
La campaña especial de ocio se completará con talleres de juegos de mesa para la familia en los que un monitor iniciará a los asistentes en juegos de mesa y cartas especializados y novedosos (escape room, juegos de roles, misterio,…). Esta actividad se desarrollará en la segunda planta, de 17:30 a 20:30 horas, los viernes y sábados, del 22 al 30 de octubre y también el domingo 31 (día de apertura).
Además, todos los niños mayores de tres años, podrán participar en los talleres infantiles de jueves a sábado, de cinco y media a ocho de la tarde, en la planta baja. Allí disponen de un espacio organizado y dirigido por monitores en el que podrán aprender divirtiéndose mediante distintos talleres lúdicos en los que pondrán a prueba su imaginación y su creatividad. Las actividades se desarrollarán en una zona acondicionada que cuenta con medidas de higiene y de distancias que garantizan su seguridad.
Todas las actividades se desarrollarán en la segunda planta excepto los talleres infantiles que mantendrán su espacio habitual (planta baja). Los clientes del Centro dispondrán de toda la información y horarios en la página web del complejo comercial (www.pontevella.com) y en redes sociales.
Por último, en ese marco de conmemoración del 20 aniversario, el Centro Comercial ourensano prepara la convocatoria de un concurso fotográfico sobre moda y estilismo. Las mejores imágenes serán seleccionadas para una exposición en el propio centro.
Espacio de ocio-compra: variedad y comodidad
Con el paso de los años, el complejo comercial se ha convertido en el punto de encuentro habitual para los ourensanos y los residentes en su área de influencia, principalmente del sur de Lugo y del norte de Portugal. El potencial de atracción del centro gira en torno a tres de sus principales locomotoras, con raíces netamente gallegas: Gadis, Zara, Galicine.
Pero Ponte Vella es más que un Centro Comercial. Además de sus 13.000 metros cuadrados de terrazas con singulares vistas al río Miño, concentra la única oferta comercial de la ciudad en cines: sus ocho salas, equipadas con los últimos avances en proyección y sonido, tienen capacidad para 1.356 espectadores. Una continúa e intensa programación de actividades -sobre todo para los más pequeños- mantiene su pulso atractivo completado por la amplia oferta de los locales de restauración.
Otra de las ventajas que contribuyen al poder de atracción del Centro es la comodidad en el acceso de vehículos. Sus dos plantas de parking -con accesos desde la N-120 y desde la calle Sáenz Díez- tienen capacidad para albergar a 680 vehículos. Desde hace unos años ofrecen la opción de aparcamiento gratis todas las noches, desde las 23 horas hasta las 12 del día siguiente.
Salto cualitativo en modernidad
La construcción del complejo comercial proporcionó a la ciudad un elemento más de modernidad en las riberas del Miño, sumándose al Puente de Milenio, también inaugurado en 2001.
El diseño arquitectónico del Centro quedaba singularizado por sus rampas, las amplias plazas en diferentes niveles (13.000 metros cuadrados en total), las vistas sobre el río Miño y la pirámide que corona la edificación. A ello habría que sumar la pasarela sobre el río Miño y la escalera metálica que lo une con el Parque Miño.
Así, además de adaptarse al relieve del terreno, se buscaba una integración ambiental y, sobre todo, poner fin a las anteriores tendencias de «vivir de espaldas al río».
Otro de los aspectos destacables en el diseño de la edificación comercial son la fachada acristalada (muro cortina) en la que se empleó vidrio reflectante y de baja transmisión, lo que le proporcionaba un innovador estatus en eficiencia energética. Los amplios lucernarios -a una y dos aguas- permiten la entrada de abundante luz natural frente a los centros comerciales hormigonados y con estructuras cerradas.
SOURCE: Aniversario Ponte Vella