He regresado de España escandalizada. Ahora resulta que, tras generaciones de antepasados reforzando salud y tonillo de piel a base de sesiones al fresco, vengo yo y fastidio una tradición milenaria con obligadas dosis de Vitamina D en raciones de 5 gotas a la comida y a la cena.
Pensaréis que he hiperbolizado con eso de decir “escandalizada”, pero en este hábitat natutal llamado Escandinavia, mi antiguo “natural” ha tomado nuevas dimensiones y, paradojas de la vida, ha perdido el norte. Y la melanina.
Yo venía aquí con ansias de aprender, de adquirir conociminetos y de expander mi mente. En los últimos 36 meses he aprendido que el marketing hace milagros; he adquirido una bicicleta y expandido mis límites de incredulidad cuando me dicen eso de que no hay nada como el verano danés. Resumiendo: Wow. Vale, no se lleva la palma como selfie, pero desde luego que para mi “wow” ha sido la palabra del 2014.
Quizás peque algo –o mucho- de esa dolencia de la que dicen padecemos los españoles: Exceso de arrogancia. Claro, a menos Vitamina D, más se le suben a una los humos con ciertas sandeces. Y me pregunto yo, ¿qué drogas venden en Christiania que aún no he tenido el placer de degustar? Porque a ver si están los daneses poniéndose finos de alguna substancia legal alucinógena, y yo aquí, aguantando la realidad dogmática al más estilo Von Trier con mi Vitamina D. O flipamos todos, o el pingüino al río!
Escandalizarme y “desvitaminizarme” es una cosa, pero arrojarme al foso de ciertos estereotipos, es otra muy distinta. Por ciertos aros no se pasa. No me quiero poner en plan Felipe VI, que ya nos llegó con el discurso de Navidad, pero me gustaría empezar el año reconociendo nuestro tremendo potencial y dándome el lujo de ser positiva. Si los daneses son ecológicos y se desiviven por las energías renovables, los españoles no tiramos la toalla. A ver quién nos gana a ese rollito economía sostenible. Y te lo decimos en Excel, en PP, en Facebook o en Face to Face. Con, o sin Vitamina D … A por el 2015! Date el lujo de ser positiv@.
Raquel Sertaje